jueves, 13 de agosto de 2020

Habitantes del mar prehistórico bagüino

Ammonitis colectado en el pongo de Rentema
Ammonitis del pongo de Rentema
Recreación de ammonitis
Ammonitis del pongo de Rentema

Moluscos fósiles del pongo de Rentema

Bagua y las improntas de un antiguo litoral

A la izquierda: El paleontólogo argentino José Bonaparte, examinado un húmero de dinosaurio colectado en el pongo de Rentema.
LA ERA MESOZOICA EN EL PERÚ
En la era Secundaria o Mesozoica, gran porcentaje del territorio peruano permanecía cubierto por las aguas. Lo que actualmente conocemos como litoral (Tumbes, Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima, Ica, Camaná, Ilo y Tacna) yacía sumergido bajo el mar, formando parte de los fondos marinos En uno de los ambientes del Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima (en adelante MHNJPL), se exponen gráficos donde muestran que nuestro actual territorio estaba constituido por una estrecha faja de tierra, formada por colinas y volcanes de baja altura. En aquella época el clima era tropical y extensas playas de arena blanca y fina rodeaban a los recién nacido Andes.
BAGUA Y LAS IMPRONTAS DE UN ANTIGUO LITORAL
En el Mesozoico el Perú poseía dos riberas, una costa hacia la parte que sería el Oeste y otra al Este; Cajamarca para la primera y Bagua se localizaba en su parte opuesta, representando el litoral oriental; en el extremo meridional lo que ahora es Puno y desde luego Lima a cientos de metros bajo las aguas. Los distritos de Bagua, guardan en la superficie y bajo su superficie organismos que la poblaron en épocas distantes; en determinados lugares como el pongo de Rentema se observa gran cantidad de fósiles de diferente género. La colina de Gallo Cantana y san Julián son dos yacimientos fosilíferos ubicados en Quebrada Seca al oeste de la ciudad de Bagua Grande, aquí también se evidencia las ingresiones marinas y si se revisa minuciosamente encontraremos huellas de dinosaurios adheridas al sedimento petrificado. La presencia de osamentas de dinosaurio, de varias especies de ammonites, de diferentes formas malacológicas, de vértebras de cetáceo, de gran cantidad de rocas de origen marino permite establecer que de Bagua en algún momento fue zona costera. Ya en el pasado siglo, en un Congreso Nacional de Geología, la paleontóloga Rosalvina Rivera indicaba que llegó a su poder dos especies de ammonites colectados en el pongo de Rentema, estos especimenes demuestran que por lo menos durante parte del Maestrichtiano esta región de los Andes estuvo sumergida bajo el mar (Rivera, 1956: 323-327).
Otro alcance nos brinda Eva Villavicencio, mediante el estudio de un ammonites pertenecientes al Cretácico Superior; ella concluyó que la paleoecología estaba constituida por un ambiente marino (Villavicencio, 1989: 35 y 36).

miércoles, 12 de agosto de 2020

Articulos de Baguatherium jaureguii

Angel Jáuregui Zamora y Juan Córdova Gallo
Baguatherium jauregui realizado en madera con la técnica Relieve Talla Directa
(Obra de Juan Cordova)
En piedra caliza
En tronto de árbol
Estampilla
Afiche

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Vértebras de cetaceo

Estás vértebras lumbares de cetáceo que se presentan aquí, pertencen a la colección privada de don Angel Ronald Jaureguii Zamora, la muestra se exhibe en el Museo "Susana Meneses de Alva".



Titanosaurio de Bagua

Atardecía en Bagua. El sol se ocultaba y una manada de dinosaurios herbívoros caminaba tranquilamente junto a una laguna salada. En el medio iban las crías y alrededor, cubriéndolas, los adultos; los más grandes medían 10 metros y pesaban casi 20 toneladas. Súbitamente apareció un dinosaurio carnívoro, más bajo pero repleto de cuernos y blindaje, y el guía de la manada empezó a correr. Los demás lo siguieron, tan veloces como caballos, mientras la tierra temblaba con el retumbar de sus pisadas. A pesar de su tamaño tenían que huir rápidamente; la vida de sus crías estaba en peligro. En el mismísimo instante que el desafiante carnívoro se acercaba demasiado, uno de los dinosaurios más grandes decidió enfrentarlo. La pelea duró poco y cuando la noche cubría el cielo con su manto, el codicioso animal yacía ya en la orilla de la laguna, ahora teñida de rojo…

Esta escena, casi de ciencia ficción, podría haber sido una tarde común y corriente en Bagua… hace 75 millones de años (Renjifo: 23)



Los Titanosaurio eran saurópodos (herbívoros) de grandes dimensiones, su hábitat estaba restringido a las márgenes de los ríos y parajes palustres (lagunas, pantanos, ciénagas, etc.) cercanos al mar.

Bagua es, hasta ahora, el lugar donde se han identificado mayor cantidad de fósiles de dinosaurios en el Perú. Reconocidos en 1996 por el paleontólogo argentino José Bonaparte, autoridad mundial en la materia.

En esa fauna prehistórica, el Titanosaurio de Bagua enorme mole que podía tener unas 20 toneladas de peso, era la bestia más grande y predominante.

Al nacer apenas si alcanzaban un metro de largo, los pequeños recibían la protección de la manada y se alimentaban del follaje que crecían alrededor de pantanos, ríos y lagunas.

Como todos los grandes vegetarianos, era sorprendente la extrema pequeñez de su cerebro.

Los paleontólogos han comprobado que los saurópodos gigantes tragaban piedras, o gastrolitos. Así podían moler en el estómago los 300 o más kilos de hojas y plantas que consumían diariamente, sin masticar.

Los titanosaurios, podían vivir hasta cien años y sus extensas colas eran más de un tercio del cuerpo, era su principal defensa porque servían como latigazos para rechazar a sus atacantes.

José Bonaparte colectó un húmero en Rentema, medía aproximadamente 90 cm. de largo y correspondía aun animal de 14 metros de longitud y 5 metros de altura. A partir del hallazgo fue posible la reconstrucción del Titanosaurio de Bagua, que se viene exhibiendo hasta la actualidad en el Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima.

Otro equipo de investigadores comandados por Carlos Vildoso, encontró una fracción de húmero de 1.80 m. de longitud, empotrado en el cerro del pongo de Rentema; el hueso fósil por su tamaño, perteneció a un enorme saurio de 50 toneladas de peso (Renjifo, :20-27).

En 1986, el boletín de la sociedad geológica de Francia, presenta el descubrimiento de vértebras de dinosaurios saurópodos (Titanosaurio) que pertenecerían al Cretácico Superior. La incursión científica tuvo como puntos bases a Rentema (Bagua) y el fundo El Triunfo (Bagua Grande) (Mourier y otros, 1986: 171-175).

Entre enero y febrero de 1989, una expedición paleontológica peruano-argentina supervisada por el MHNJPL, realizó trabajos de prospección en la zona aledaña a Bagua (capas rojas de Rentema), entre los múltiples hallazgos figuraban fragmentos de cáscara de huevo de Titanosaurio (Vildoso, 1990: 38).

Los titanosaurios eran ovíparos, sus huevos los depositaban en las márgenes de los ríos o lagunas, enterrándolos en la arena, incubándose calentados por el sol; otros saurópodos ponían sus huevos en nidos hechos con abundantes hojas.


Lineamiento corporal del Titanosaurio

A continuación algunos datos en cuanto a su morfología externa e interna:

Morfología externa:
Cola larga y delgada, aspecto masivo, poseían escudos óseos en la parte externa de la piel, cuello largo, cráneo pequeño, patas elefantoides, poseían cinco dedos (algunos podían estar reducidos y quedar incluidos en el tejido blando).

Morfología interna:
Dentición reducida y poco especializada, órgano musculoso similar a la molleja de las aves, tenían dos tipos de tejido óseo (un tejido óseo tradicional y otro con celdas o cavidades muy grandes llenas de aire; el último servía para que el hueso no sea muy pesado, por otro lado le otorgaba cierta flexibilidad ayudando a amortiguar los golpes muy fuertes, que podía recibir la estructura esquelética cuando era sometido a bruscos movimientos).



Reconstrucción de titanosaurio que habitó Bagua
(Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima)


Titanosaurio de Bagua
(Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima)


Titanosaurio de Bagua
(Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima)


Titanosaurio de Bagua
(Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima)




Titanosaurio de Bagua
(Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima)

Fósile de Bagua en Lima

Húmero de Titanosaurio

Clase: Dinosauria

Orden: Saurischia

Suborden: Sauropoda

Infraorden: Titanosauria

Familia: Titanosauridae

Género: Titanosauris

Edad: Cretácico Superior

Localidad: Pongo de Rentema

Colectores:José Bonaparte, José Sánchez, Ángel Jáuregui e INGEMETT


Vértebras caudales proximales de Titanosaurio


Clase: Dinosauria

Orden : Saurischia

Suborden : Saurópoda

Infraorden: Titanosauria

Familia: Titanosauridae

Género: Titanosauris

Edad: Cretácico Superior

Localidad : Bagua ()


Fragmento de cadera y vértebra de Titanosaurio


Clase : Dinosauria

Orden : Saurischia

Suborden: Saurópoda

Infraorden : Titanosauria

Familia : Titanosauridae

Género : Titanosauris

Edad :
Cretácico Superior


Extremo proximal de tibia de Titanosaurio

Clase : Dinosauria

Clase : Saurischia

Orden : Saurópoda

Suborden: Saurópoda

Infraorden: Titanosauria

Familia : Titanosauridae

Género: Titanosaurus

Edad : Cretácico Superior

Localidad : Gallo Cantana

Colectores: José Sánchez, Ángel Jáuregui y Chuquizuta


Hueso de antebrazo perteneciente a una nueva especie de dinosaurio saurópodo


Clase: Dinosauria

Orden: Saurischia

Suborden : Sauropoda

Infraorden :Titanosauria

Edad : Cretácico Superior

Localidad : Gallo Cantana

Colectores : José Sánchez y Ángel Jáuregui

Carnotaurus sastrey

Junto a los restos de Titanosaurio, en Bagua también se encontró el metatarso de un dinosaurio terópodo (carnívoro) de talla grande.

Hasta el momento no se ha realizado un estudio detallado, para saber a ciencia cierta, a que depredador perteneció el metatarso, sin embargo los especialistas sugieren que probablemente pudo haber pertenecido al temible Carnotaurus Sastrey o quizá al Abelisaurius Camahuensis.
Poseían dos robustos cuernos y un cuello con una musculatura muy poderosa. Tales particularidades morfológicas pueden corresponder a armas utilizadas para agredir a otros miembros de su especie o en los actos de cortejo sexual.

Su mandíbula poseía una articulación accesoria que le permitía abrir la boca ampliamente y así engullir un bocado más grande.

El Carnotaurus tenía visión estereoscópica (en tres dimensiones, al igual que los humanos) que le permitía ser un cazador muy activo.




Crabeza de carnotaurus sastrey (M.H.N.J.P.L.)

Carnotaurus sastrey



Hombre y Carnotaurus sastrey a escala